Como un Noé del siglo XX llamado a poblar el futuro,
Ray Bradbury supo prever el azaroso destino de la humanidad en mundos ya no
anhelados ni prometidos, sino posibles, a modo de un reaprendizaje en el que la
hostilidad y los nuevos retos provienen de realidades inéditas.
Bradbury se
inspiró en sus sueños de infancia y temores sufridos en la Guerra Fría para
engendrar marcianos con poderes telepáticos, monstruos marinos cargados de
sentimientos, planetas eternamente húmedos o un preclaro anticipo a la
desaparición del libro impreso, pues en Fahrenheit
451 –su novela más célebre- los bomberos queman los libros.
Esta
fábula se tornaría siniestra al paso del tiempo, pues el contacto físico con
los libros, la sensualidad de oler la tinta y sentir la textura de las hojas
impresas, hoy tiende a desvanecerse en pos de una biblioteca virtual universal,
situación que haría del otoño del escritor una vida en defensa del mundo a la
antigua, rodeado de objetos previos a las computadoras -y un atesorador de las
bibliotecas de papel y las historias que éstas alojan.
Durante su infancia y juventud, Bradbury, que nació
en 1920, sufrió carencias, situación que haría del futuro escritor un
autodidacta dotado de una visión romántica del mundo, en el que el destino de la
humanidad –decía- es
"recorrer espacios infinitos y padecer sufrimientos agobiantes para
concluir vencido, contemplando el fin de la eternidad."
En la década de los cuarenta del siglo pasado
comenzó a publicar sus relatos en diferentes revistas hasta que, al despuntar
los 50, comenzó su reconocimiento definitivo con la publicación, al hilo, de
varios de sus libros fundamentales: Crónicas
marcianas, Farenheit 451 y El hombre ilustrado, entre muchos otros.
Establecido definitivamente en California, donde
moró hasta su deceso, Bradbury también trabajó como guionista, y es recordado
por su participación en el guión de Moby
Dick de John Huston, así como en algunos argumentos de la serie de tv “La dimensión
desconocida”.
Pese a que Bradbury es identificado como uno de los
autores de ciencia ficción por excelencia, él solía aclarar que la suya era una
literatura fantástica y que sus relatos tenían un trasfondo moral.
En total, el multipremiado escritor escribió casi
600 cuentos y 30 libros. También existe un asteroide
llamado (9766) Bradbury en su honor.
Nadie
sabe en qué momento Ray Bradbury se fusionó con su ficción... Poco importaba,
como ahora, que estuviera vivo o no. Hoy es un ánima perdurable que viaja en el
universo en busca de mundos ignotos que poblar.
Foto tomada de: http://bit.ly/KjgAjv
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